Ah, ya extrañaba escribir reseñas. Por el momento estoy aborreciendo los tags, pero no se preocupen, tengo una lista bastante decente de libros por reseñar, y al fin un poco de tiempo libre para reducir poco a poco este repertorio.

Martín Santomé es un hombre viudo, con tres hijos adultos, cuya única preocupación es llegar al momento en el que pueda jubilarse de su trabajo y de ésta forma dedicarse a hacer algo que lo emocione más. Pero algo sucede; entra a su vida una persona que hace que se replantee lo que desea y lo que siente.

Primeramente vamos conociendo al autor del diario y como es su monótona vida (trabajo tedioso, hijos que no se ven interesados en convivir con él y mucha soledad). Mario Benedetti hace mucho énfasis en lo cotidianamente triste que es el día a día de un hombre como Santomé, que casi puede saborear su jubilación. Empero, lo golpea un fuerte fenómeno del que muchos hemos escuchado hablar (y otros desafortunados hemos podido vivir), el enamoramiento.

Llega a su trabajo una joven, que el considera no una preciosura, pero que sonríe pasablemente. Y eso es la cuestión con estas situaciones, muchas veces uno simplemente piensa que alguien "está bien" y termina adorando hasta la forma en que pestañea (no kidding). El caso es que poco a poco se da cuenta de que esta joven, Avellaneda, lo atrae y mucho. Empero, lo que más le sorprende es que lo está haciendo volver a sentir algo cuando el mismo llegó a considerar el estar reseco, sentimentalmente hablando.

Persolamente, no encuentro el personaje de Avellaneda tan interesante, tal vez sea porque no está tan desarrollado como me gustaría, o tal vez porque Benedetti lo hizo a propósito para darle más protagonismo a lo que Santomé sentía por ella, que a ella misma, ya que (al menos desde mi punto de vista) así sucedió. Y sucede lo contrario en el caso de Santomé, es un personaje tan trabajado  y completo como suele ser cuando la historia se cuenta desde el diario de éste. Su forma de pensar, y en ocasiones también de acutar, me recordó mucho a mi padre, tanto que planeo comprarle una copia de la novela. 

De 0 a 8 rebanadas le doy: